miércoles, 22 de agosto de 2007

La Nacion - Argentina

Después de un falso anuncio de que el show iba a retrasarse una hora, los músicos que acompañan a Ricardo Montaner entraron por los costados de la platea, vestidos como obreros de la construcción (versión Estados Unidos). Enseguida se bajó el telón y quedó al descubierto una escenografía que imitaba al Times Square de Nueva York, pero con los carteles que llevaban nombres de canciones de Montaner y fotos del cantante. Un par de pantallas proyectaban leyendas como "El número uno" y "El mejor recital del mundo". Mientras tanto comenzó a sonar "La chica del ascensor", y Montaner, vestido con pantalón negro y una campera animal print , bajó desde el techo hasta el escenario, en un ascensor.

La euforia reinó entre el público, en su mayoría femenino, que cantó las letras completas y bailó, en esta primera parte del show , durante la cual el cantante venezolano repasó algunos de sus hits como "Corazón fracturado" y "Ay amor", entre otros.

"Quiero que sepan que en este año y medio, los muchachos y yo estuvimos pensando como sería nuestro reencuentro con ustedes", se dirigió Montaner a su enfervorizado público y el show continuó con "Bésame" y "Penumbras", de Sandro.

Después llegó el momento familiar. Héctor Montaner, hijo de Ricardo, aprovechó la convocatoria de su padre para presentar dos temas de su primer disco, Apariencias. Además presentó a su hermano Andrés, que tocó la guitarra eléctrica durante todo el concierto.

Aunque la actuación de Héctor fue recibida con entusiasmo por las fans, la vuelta de Montaner padre fue festejada con gritos y numerosos flashes , que no cesaron en todo el recital. El cantante hizo bailar a su público con una conga, mientras firmaba pelotas de plástico que tiraba a la platea.

Frente a la mirada atenta de sus fans, que disfrutaban cada palabra y festejaban cada chiste, Montaner dedicó un buen rato a hablar sobre la Argentina, su familia, la cobertura que la prensa hizo del casamiento de su hijo y hasta saludó al vicepresidente Daniel Scioli, quien se encontraba en una de las primeras filas. Después, acompañado solamente por un tecladista, hizo un corto repaso de algunos de sus éxitos como "Quisiera", "Amor del mío", "Soy tuyo" y "Ojos negros", entre otros.

Con escenografía tanguera, una pareja de bailarines y un bandoneonista, Montaner cantó "Nostalgias" y luego ensayó un desafortunado dúo con un video de Gardel, proyectado en la pantalla.

Hubo aplausos, pero el público demostró claramente su preferencia por los hits cuando, ante los primeros acordes de "Tan enamorados", uno de los más grandes éxitos de Montaner, un coro de alaridos femeninos inundó el estadio. Pero el clima volvió a cambiar ante un monólogo, con mensaje de autoayuda incluido, que el cantante ofreció antes de cantar "Déjame llorar", frente a un público que no escondía sus lágrimas y que, llamativamente, se mantuvo en silencio total durante toda la canción.

Siguieron los hits, antes de cerrar con "En el último lugar del mundo" y despedirse del público junto con sus hijos. Una lluvia de papelitos plateados coronó el final de una noche especialmente pensada para fanáticos.

María Fernanda Mugica