Por Beatriz Parga / La Revista del Diario / Diario Las Americas
Lleva la música en sus venas. Su papá es el ídolo venezolano Ricardo Montaner y su hermano, el ya consagrado, Alejandro Montaner. Y al igual que sus más cercanos parientes muy exitosos en el canto y la música, Héctor Montaner se perfila con la influencia paterna y la colaboración de su hermano para lograr su estilo propio.
Que nadie piense que su naciente carrera es simplemente el resultado de la veta artística familiar. Héctor Montaner se ha preparado desde su niñez, donde desde pequeño se sumergió en el mundo de la música en los más renombrados conservatorios de su Venezuela natal. Al mudarse a Miami, hace más de diez años, decidió seguir una carrera en ese giro en la Universidad de Miami.
"Modestia aparte, mi papá es un gran artista. Pero el hecho de que él lo sea, no significa que yo pueda pararme en un escenario. Tengo que ganarme el derecho de piso en una respetable industria. Mi papá es un artista con una larga carrera, algo que no es fácil en el mundo de la música, y no me quisiera parar al lado de mi viejo por ser su hijo, sino por estar bien preparado", expresa en una entrevista para La Revista del Diario en el restaurante VanDykes de Miami Beach.
De hecho, esa preparación cuidadosa y el respeto a su profesión, se hace notoria en su álbum "Apariencias", con VeneMusic, que ha recibido los mejores comentarios de la crítica especializada. Y es que no puede dejar de destacarse este lanzamiento con música de lo mejor en la balada y el pop, aparte de unas líricas que son poesía desgranada en una producción impecable que suena como un deleite al oído y al corazón.
El álbum lleva el título de Apariencias, un tema muy actual que habla de un mundo actual, en el que se vive de apariencias, tal y como lo confirma el estribillo de este gran tema con una gran filosofía.
Ves, que de apariencias no se viste el corazón. Si estar contigo es mucho más que una inversión. Que no se trata en este juego de vestir mejor. Dime en tu escala de valores, dónde quedo yo."
En una producción que mezcla instrumentos autóctonos del sur del continente como el timple, que simula una guitarra con 12 cuerdas, el tema ofrece una mezcla impecable e innovadora con guitarras eléctricas, órganos y batería.
"Este es un tema en el que tuve el honor de compartir la autoría con Andrés Castro, Juan Luque y mi hermano Alejandro. Es un tema que más que una queja yo diría que es una reflexión sobre la forma como estamos viviendo", comenta el artista.
Radicado en Miami hace cerca de diez años, cualquiera se imagina que su decisión de mudarse acá tiene algo que ver con el muy sonado secuestro que sufrió su papá en Venezuela hace doce años. "Fueron tiempos difíciles, de mucha angustia", admite cuando se le pregunta sobre el tema.
El joven artista comenta que este secuestro "fue un accidente. Mi papá andaba en un Mercedes Benz y eran delincuentes que dijeron, vamos a secuestrarlo, sin saber que era mi padre. Cuando se enteraron que era Ricardo Montaner no sabían qué iban a hacer con él porque era alguien muy conocido y el cerco se les iba a cerrar", revela al recordar las largas horas de angustia y ansiedad que vivieron hasta que en un tiempo récord decidieron liberarlo.
De su padre dice que "es el mejor padre del mundo, aparte del mejor amigo y consejero". Y sobre su hermano Alejandro revela que solamente peleaban de "chamos" (cuando niños) por el control remoto de la televisión. "Pero eso es algo muy típico en todas las familias", agrega y, sin duda, esa identificación de los dos hermanos, Alejandro es tres años mayor, se nota al principio de la entrevista, cuando por unos pocos minutos lo acompaña.
Soltero y sin compromisos, dice que su prioridad en este momento es la música. "Esta es una carrera que te exige mucho y tienes que enfocar tus energías en ella si quieres triunfar", afirma.
Sin duda, va por buen camino y este nuevo álbum, el segundo de su carrera, pero por el que dice sentir un entusiasmo "como si fuera el primero", incluye también el aporte de Donato Poveda, de quien dice que fue el que "puso el toque mágico" en el tema "Por un beso", en el que el artista confiesa que está evidente toda la percusión que lleva en la sangre. De hecho, incluye la tradicional tambora de gaita venezolana, interpretada por Héctor, aparte de guitarras eléctricas y tambores. Un tema alegre y sensual que seguramente estará sonando pronto en las emisoras de radio, con su percusión caribeña y alegría.
La gaita se repite de nuevo en su tema Amanecer gaitero, que evoca su niñez en Maracaibo, donde la música mezclaba los sonidos de gaita venezolana y vallenato colombiano, en una mezcla embrujadora del trópico en que creció. "Desde chamo soy percusionista antes de ser cantante", dice el artista.
Sabe que tiene por delante una carrera difícil. "Seguir tus sueños nunca es fácil. Pero tenemos el ejemplo de mi papá. No venimos de cuna de oro, hemos luchado duro en la vida. Pero eso es bueno porque a veces al que todo se le da fácil no va a luchar por mejorar", dice reflexivo.
Con nueve temas de su aporte creativo en este álbum, Montaner se prepara para un futuro en grande. Y sin duda, el talento propio y el que heredó de su papá, se encargarán del resto.